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Lewis Hamilton ha lanzado un ultimátum a Ferrari: si no fichan a Franco Colapinto y despiden a Charles Leclerc y Oliver Bearman, abandonará el equipo la próxima temporada. Además, ha exigido que el CEO de Ferrari tome una decisión inmediata.

Lewis Hamilton ha lanzado un ultimátum a Ferrari: si no fichan a Franco Colapinto y despiden a Charles Leclerc y Oliver Bearman, abandonará el equipo la próxima temporada. Además, ha exigido que el CEO de Ferrari tome una decisión inmediata.

Sally Rose
Sally Rose
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Lewis Hamilton ha encendido una gran polémica en el paddock de la Fórmula 1 al lanzar un ultimátum inesperado a Ferrari, el equipo con el que firmó para competir a partir de la próxima temporada. Según fuentes cercanas al entorno del piloto británico, Hamilton ha exigido que el equipo italiano contrate al joven talento argentino Franco Colapinto y que, al mismo tiempo, despida a Charles Leclerc y Oliver Bearman, dos de los nombres más prometedores dentro de la escudería.

Esta demanda ha tomado por sorpresa tanto a los directivos de Ferrari como a los fanáticos del deporte, ya que Leclerc es considerado el futuro del equipo y un pilar fundamental del proyecto a largo plazo. Bearman, por su parte, ha sido destacado como una joven promesa que ha demostrado gran potencial en la Fórmula 2 y en sus participaciones como piloto de pruebas. La solicitud de su salida ha generado reacciones encontradas, y muchos consideran que se trata de una exigencia extrema y sin fundamentos deportivos sólidos.

Franco Colapinto, el piloto argentino de 21 años, ha sido objeto de interés por varias escuderías gracias a sus recientes actuaciones en categorías inferiores. Hamilton, que ha elogiado públicamente a Colapinto en más de una ocasión, parece decidido a convertirlo en su compañero de equipo, apostando por una alineación que combine experiencia con juventud, pero bajo sus propios términos.

Además de estas exigencias, el siete veces campeón del mundo ha solicitado que el CEO de Ferrari tome una decisión inmediata, lo que incrementa aún más la presión sobre los directivos de Maranello. Algunos analistas interpretan este movimiento como una táctica de poder por parte de Hamilton para tomar control sobre el rumbo deportivo del equipo, mientras otros lo ven como una estrategia para generar un entorno competitivo más favorable para él mismo.

La situación ha provocado tensiones internas en Ferrari. Se rumorea que Leclerc está profundamente molesto con las declaraciones y que ya ha solicitado una reunión urgente con los altos mandos del equipo. Mientras tanto, Bearman ha preferido guardar silencio, aunque su entorno ha manifestado “sorpresa y decepción” ante las palabras del veterano piloto británico.

Ferrari no ha emitido un comunicado oficial sobre el tema, pero se espera que en las próximas horas se aborden estas controversias, especialmente debido a la magnitud del escándalo que podría afectar no solo al equipo, sino también a la imagen de la marca en el mundo del automovilismo.

El futuro de Hamilton con Ferrari pende de un hilo, y la decisión de la directiva marcará un antes y un después en la historia reciente de la escudería. Por ahora, el mundo de la Fórmula 1 observa con atención cómo se desarrolla este nuevo capítulo de drama, política y velocidad.